miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA FAMILIA NECESITA MOVERSE DEL YO AL TÚ

Lupita:
Te escribo porque me encuentro triste, desilusionada y sin motivación alguna. Me siento perdida completamente y no encuentro la razón de mi existir. Soy una mujer casada y con tres hijas.

 Las razones que me hacen sentir as
í son:
(1) No me siento aceptada por mi esposo.
(2) No me siento valorada ni respetada.
(3) No me siento realizada.

Y la
última, pero la más importante: Siento que yo no me amo a mí misma. No sé cómo hacer esto.

Mi esposo me dice cosas como:
”¿Qué te pasa? ¿No estás bien de la cabeza? Se puede decir que un 80% de las veces, todo lo que hago lo ve mal.

Mi esposo trabaja desde las 8 de la ma
ñana hasta las 8.30 de la noche. Cuando llega, no quiere escuchar mis quejas porque está cansado. Pero él sí me habla por teléfono para quejarse de cosas que no le parecen, y cuando empiezo a quejarme, simplemente me dice que está ocupado, y me deja frustrada.
Ana Paula








Hermana mía:
            Tu esposo quiere que cambies y te lo está proponiendo de la peor manera posible: humillándote. Y tú quieres que él cambie, pero tampoco estás usando el modo correcto: Quejas, sentimientos y resentimientos.
            A los hombres les repito que la única forma de conseguir que una mujer se supere es amándola. El amor se manifiesta en detalles y en frases respetuosas y, aún más, mediante frases cariñosas.
            Pero voy a dedicar este artículo a ti. Él no sabe cómo tratarte; tú aprende a hacerlo con él.
            Eres una mujer afortunada al tener una familia. Tienes tres hijas para hacer de ellas mujeres exitosas, y contarás con el impulso de tu esposo si decides superarte.
            Preguntas cómo amarte a ti misma, y la respuesta es: Conócete y supérate.
            No eres lo que diga tu esposo. No eres tus malos momentos ni tus errores; tú eres creatura de Dios y Él te diseñó para el Cielo. Nuestro valor viene de nuestra realidad: somos hijos amados de Dios.
            Como todo ser humano, tienes cualidades y defectos. Haz una lista de tus cualidades y procura mantenerlas y darles brillo. Reconoce dos de tus defectos y decídete a trabajar por superarte. La vida es camino de superación constante. Si te hace falta prepararte más como esposa, mamá y mujer, busca oportunidades de crecer. Hay cursos, libros, audios, materiales de autoayuda que, si van de la mano de Dios, son muy útiles.
            Cuentan que cuando Pedro el Grande (el Zar ruso que llevó a esa nación a un progreso inigualable) entró a Moscú después de haber viajado por Europa, al encontrarse con los nobles bujaris que salían a saludarlo, sacó de pronto un par de tijeras y les cortó sus largas barbas, símbolo de su atraso. Hizo un primer cambio visible, y los demás vinieron después como en cascada.
            Haz un primer cambio en ti. Arréglate, proponte no quejarte nunca. Cada vez que tu esposo te ningunee, piensa: Quiero y puedo ser una mujer plena, madura, centrada. Mi esposo no sabe cómo motivarme, pero su mal modo no va a destrozarme.

            En tu carta señalas: Yo siento, no me siento, etc. El mundo moderno nos está llevando sigilosamente a un individualismo atroz. Más que rumiar nuestros propios sentimientos, dediquémonos a actuar por el bien de los que amamos. ¿Qué clase de mamá necesitan tus hijas?, ¿qué esposa necesita tu marido? Es paradójico y es verdad. No se trata de amarme primero a mí, sino de amar a los demás, porque es la única forma de amarme de verdad a mí misma. Pasa ya del sentimiento a la reflexión. Del yo, al tú”.



Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org          
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miércoles, 17 de septiembre de 2014

ALERTA PARA NOVIOS

Querida Lupita:
Mi esposo y yo nos sentimos impotentes ante lo sucedido en nuestra última reunión familiar, cuando a nuestra celebración llegó el novio de nuestra hija (de 18 años) a eso de las dos de la mañana. Todo estaba bien, pues pensábamos que sólo venía a darnos un saludo; sin embargo, después de una hora, nuestra hija se acercó a nosotros para avisar que se iba con él a casa de su familia. Le dijimos que no podía ir a esas horas a una reunión ni a ninguna otra parte. Ante tal negativa, se armó un zafarrancho impresionante; ella se enojó y terminamos la reunión navideña de una manera muy triste. Debido a la situación, nos sentimos fracasados como educadores e impotentes frente a estos actos de rebeldía.
Connie y Miguel







Mis amigos Connie y Miguel:

            Debo mencionar que me alegra mucho el recibir esta carta de parte de los dos, y además, usando todo el tiempo esta palabra que debe estar tan presente en todos los matrimonios: nosotros.
            Los padres cometemos errores, pero eso no nos hace seres fracasados, y mucho menos si buscamos juntos la solución. Los problemas que se nos presentan en la educación de los hijos son verdaderas oportunidades de aprender y crecer como seres humanos.
            Las situaciones inesperadas salen de nuestro control cuando no estamos preparados para manejarlas.
            Observemos qué fue lo que pasó, investiguemos las causas, y procuremos hacer los cambios necesarios.
            Cuando una jovencita hace una escena para conseguir lo que quiere, entre las causasposibles, descubriremos a unos padres consentidores y poco exigentes durante la infancia de ella. ¿Ustedes pueden identificarse con esto?
            
Por otra parte, el tema del noviazgo debe ponerse sobre la mesa.
            Sergio Marquet, experimentado consultor familiar, publicó un libro lleno de sabios consejos para novios: Yo quiero un amor para toda la vida. En él, nos comparte algunas claves que ayudan a las parejas jóvenes a no equivocarse. Entre otras cosas, afirma:
            Cuando nos casamos, el primer lugar lo tendrá nuestro matrimonio, pero hasta entonces, la prioridad son los padres. Un error habitual es poner el noviazgo por encima de esa relación; o, una vez casados, poner, por encima de la relación conyugal, la relación con los padres. Invertir prioridades ocasionará problemas porque se altera el orden establecido naturalmente.

            Hablemos con nuestros hijos acerca de la importancia del noviazgo. Pongamos límites claros en cuanto a horarios y sanas costumbres. Hagámosles saber que confiamos en ellos y que les amamos; por eso deseamos que tengan éxito en su relación ahora, y posteriormente en su matrimonio, y para ello les proponemos vivir ciertos principios que les permitirán caminar con mayor certeza hacia una vida emocionalmente sana.

            No se trata de prohibir o de imponer con gritos, sino de dialogar serenamente. Al mismo tiempo que les damos más libertades y permisos, debemos aumentar sus responsabilidades en casa, haciéndoles sentir que el mundo de los adultos tiene que ver con derechos y obligaciones en la misma proporción. Invitemos al novio o novia a algunas de nuestras actividades familiares, lo cual nos permitirá conocerlos más y ver las bondades que nuestro hijo(a) previamente descubrió en él (ella).

            Y no olvidemos orar juntos. Pidamos especialmente por el futuro esposo de mi hija o futura esposa de mi hijo. La oración de unos padres que aman, es garantía de éxito para los hijos.




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miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA MAGIA DE SALIR DE TI MISMO

Querida Lupita:


Tengo 28 años. No estoy casada ni tengo hijos. Pasé por una muy mala y amarga experiencia, de manera que ahora me cuesta mucho trabajo tenerle confianza a alguien; pero necesito ayuda y me abro a ti.

Últimamente me siento sola y triste, sin ganas de nada. Todo parece tan mecánico y rutinario Me da miedo sentirme así; me he preguntado mil veces qué habré hecho mal, porque todo me parece obscuridad; sin embargo, no encuentro respuestas; no quiero seguir así. 
Ma. Concepción.







¡Hola, Conchis!

         Son muchas las personas que con seguridad se identificarán contigo al leer tus palabras. Enfrentamos una avalancha de antivalores a través de la Publicidad y los Medios de Comunicación, y tenemos muy poco tiempo para reflexionar acerca del sentido de nuestra vida.

Si todo es mecánico y rutinario en tu vida, eso tiene que ver con tu propia forma de ser. La vida es como un espejo mágico que refleja la actitud del corazón.



Recuerda: si algún día decides no sembrar, es seguro que en tiempos de cosecha no encontrarás qué recoger. Esto, dicho de manera popular, sería: Si siembras un árbol de limón, cosecharás limones.

Tu presente es resultado de tu pasado

Cuando le damos poco a la vida, recibimos poco a cambio. Cuando me dices que te cuesta trabajo tenerle confianza a alguien, me hablas de tu actitud: te niegas a abrirte, a darte a los demás. Si quieres tener amigos, primero tienes que serlo. Así que: ¡manos a la obra!

A lo largo del próximo mes, interésate por los demás, sal de ti misma; pregunta a tus compañeros, familiares y conocidos acerca de sus planes, sus gustos, sus necesidades. Procura dar una sorpresa a cada uno, pensando en lo que has conocido de ellos. Es más fácil ganar amigos así, que esperar a ver quién se interesa por tus cosas.

Si no eres casada, piensa en la gama de oportunidades que tienes al frente. Puedes entregarte a un apostolado, puedes estudiar y superarte (no todo es dinero; hay becas y otras oportunidades; los obstáculos se vencen cuando se tiene voluntad de vencerlos).

Cambia la TV por la lectura y sé selectiva en lo que lees, lo que ves, lo que escuchas; abre tus oídos y tu mente solo a lo mejor. Og Mandino nos resume estos conceptos de forma motivante: PIENSA SOLO LO MEJOR, HABLA SOLO DE LO MEJOR, ESPERA SOLO LO MEJOR.


La felicidad no cae del cielo, hay que trabajar por ella. Considera que tu futuro será resultado de tu presente. El pasado ya pasó y no puedes cambiarlo, pero sí que puedes hacer de tu presente algo mejor. ¡Decídete!

Tú dices que tienes miedo, pero Cristo te dice: NO TENGAS MIEDO. Escucha la voz del Maestro, conócelo, ve a su encuentro y goza con la Palabra de Dios, que es Palabra de VIDA. Si falta sazón en nuestra vida, es claro que falta Dios.



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miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL FRACASO Y EL ÉXITO SON TEMPORALES... ¡PASARÁN!



Licenciada Lupita:
Me siento fracasado. Todo lo hago mal. Estoy perdiendo a mi familia; mi esposa e hijos no me respetan. Me recuerdan todo el tiempo que no les traigo dinero y critican mi manera de beber, aunque yo no me considero un borracho. A veces creo que ya no vale la pena la vida. Quisiera levantarme, pero creo que para mí eso es imposible. Me atrevo a escribirle con la esperanza de que se abra una puerta de salida para todo esto. Ayúdeme a saber qué pasos debo dar, hacia dónde dirigirme. Me siento muy confundido y desanimado.
Antonio B.





Estimado Toño:

            Tanto el fracaso como el éxito son temporales. Los dos pasarán. No somos más valiosos cuando hacemos las cosas bien, ni somos menos cuando las hacemos mal. Tú puedes haber tomado malas decisiones; pero eso no significa que seas un fracasado. El camino al éxito pasa por varias experiencias de reveses.


El primer paso a seguir es el de contemplar tu propio valor como ser humano. Reconócete como hijo de Dios y actúa como tal. Un hijo de Rey se conducirá con la dignidad de un Príncipe. Esto implica un esfuerzo por la mejora personal: hay que iniciar una rutina de triunfador, que supone un horario flexible, que exige ejercicio físico, entrenamiento psicológico, y tiempo para el desarrollo espiritual


Te recomiendo la lectura del Libro “No tengas miedo”, de Francisco González. En él, entre otras valiosas enseñanzas, nos señala cinco puntos para sacar provecho de los fracasos:


1.-Cuida tu actitud. No importan las veces que caes, sino las veces que te levantas. Piensa en el ideal de tu vida y persíguelo insistentemente.


2. Di las palabras correctas. Si te has repetido estas frases: “Todo me sale mal, nada me resulta, soy un fracaso…”, cámbialas por: “ Soy valioso; lo intentaré siempre; viene lo mejor; sí puedo”.



3. Ve el éxito y el fracaso como parte de un mismo camino. “El fracaso no es malo si no enferma el corazón, y el éxito es bueno si no se sube a la cabeza”. Prepárate para el momento en que se presente una mejor oportunidad. Aprovecha tu presente preparándote.


4. Mantén un sano sentido del humor. No le des poder a tus errores; vive con espíritu de aprendiz; no te tomes a ti mismo demasiado en serio. Un error es sólo eso, un error.

5. Aprende de tus yerros. Si tu fracaso te dejó una lección, valió la pena vivirlo.

En el fondo, tal vez no has aceptado que el éxito tiene un precio: el esfuerzo constante, la preparación, la verdadera superación personal. Basta de quejas y de discursos auto dirigidos, en los que te presentas a ti mismo como una víctima de tus circunstancias. Por supuesto que la familia es un estímulo muy importante; por eso te sería más fácil empezar de nuevo si contaras con el apoyo de los que están cerca de ti


Valga este mensaje para las esposas e hijos de hombres que se sienten como tú, confundidos y desanimados: La falta de solidaridad con el esposo o padre, no ayuda en nada, sino que les significa una carga mucho más pesada de llevar


Como siempre, la clave está en la presencia de Cristo en el hogar. Un Cristo que inspira comprensión, cariño, respeto, apoyo a aquél que se experimenta débil y necesita menos señalamientos y más amor.




Lupita Venegas Leiva/Psicóloga www.valoraradio.org          
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