miércoles, 21 de octubre de 2015

VARÓN: NO TENGAS MIEDO DE APRENDER A SER MEJOR

Lic. Lupita:
Tuve el gusto de tomar el Curso “Despierta, Mujer dormida”, que usted impartió en el Templo Belén de Jesús, y estoy muy llena del deseo de ser mejor mujer, esposa y madre. Pero me queda la duda de porqué no se da este tipo de cursos a los hombres. Ellos siguen siendo machos, exigiendo de mala manera las cosas, y no cambian. Ellos también deberían querer ser mejores hombres, esposos y padres. Solo que tal vez no hay cursos para ellos porque sería perder el tiempo. ¿Qué puede decirme al respecto?
Vanessa



Querida Vane:
El primer paso para mejorar al mundo es el trabajo por la propia mejora personal. Tú has empezado ya y esto es antecedente para que veas cambios muy positivos en quienes te rodean.

Es verdad que en la actualidad existen más ofertas de desarrollo humano dirigidas a la mujer que al hombre. Acaso esto responda a nuestra propia psicología diferenciada: en general, las mujeres son más reflexivas y gustan de profundizar en el sentido de sus vidas. Los hombres modernos tienden a ser más prácticos y simples.

No obstante, en la base antropológica de ambos existe el anhelo de trascendencia y la misión exclusivamente humana de la “búsqueda de sentido”. San Juan de la Cruz describe magistralmente lo que sucede al hombre que no busca con sinceridad la verdad sobre el sentido de su vida. Dice que cuando un hombre quiere saciar sus apetitos sin mayor reflexión, es como el que, “teniendo hambre, abre la boca para hartarse de viento y, en lugar de hartarse, se seca más, porque aquél no es su manjar”.

El hombre está hecho para dignificarse. Es una creatura inacabada. Si observamos a los animales, por ejemplo, nacen con pelaje y plumaje porque para ellos no está la misión de aprender a vestirse. En el cuerpo humano, en cambio, hay un “inacabamiento”, inscribiendo así la tarea de ir desarrollando todas aquellas capacidades que recibió en semilla.

Aquél que elige no crecer, sino acomodarse a una vida sin exigencias y darle gusto a sus apetitos, poco a poco va perdiendo dignidad y se animaliza; éste es el “macho”, pseudo-hombre egoísta, que pide todo para sí y se olvida de quienes más debería de amar: su mujer y sus hijos.
Hay un camino seguro para dejar el machismo atrás: Prepararse

Sin una visión clara de su misión como hombre, esposo y padre de familia, de la necesidad de alimentar tanto a su cuerpo como a su espíritu, el varón cae hasta donde cayó Adán: esposo ausente, que no protegió a su mujer cuando fue tentada. Éste es y ha sido el punto débil del hombre: “no estar”. Existe un miedo a proveer, a ser responsable y a dirigir una familia. Al no realizar sus funciones, el hombre entorpece el Plan de Dios para los hogares, y sobreviene su colapso y destrucción.

Señores: no tengan miedo de aprender nuevas formas de enfrentar las relaciones humanas; las relaciones con Dios, con los demás y consigo mismos. Estamos demasiado bombardeados por mentiras acerca de las fuentes de felicidad, y muy cerrados a Dios, fuente de vida y verdad.


Las estadísticas demuestran que los hombres que se interesan por su desarrollo personal integral, gustan de estos Cursos y se comprometen en su seguimiento, aún más responsablemente que las mujeres. Nada pierden y mucho pueden ganar si acuden a los Cursos, Retiros, Ejercicios Espirituales, Conferencias y Talleres que ofrece la Iglesia. ¡Aprovéchenlos! 

Lupita Venegas/Psicóloga 
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