miércoles, 3 de febrero de 2016

DERECHOS DE LA MUJER... Y DE TODO SER HUMANO

Querida Lupita:
 Me siento en medio de un problema sin salida. Mi novio es sumamente posesivo y celoso, y no encuentro la forma de terminar con él. Le he dicho de muchas maneras que esto no puede seguir, pero se pone peor. En la última fiesta a la que fuimos, se puso celoso por alguna tontería, como siempre, y me llevó con violencia hasta ponerme contra una pared, donde me dijo que va a robarme, aunque yo no quiera. Me asustó muchísimo, y me siento atrapada. Me hace mucha falta mi papá, quien se fue de la casa cuando yo tenía seis años, y no hemos vuelto a verlo. Odio a los hombres.
Ayúdame, por favor.
Ma. Teresa









Tere:

No estás sola. Hay un Dios que es Padre amoroso y se encuentra a tu lado, ahora mismo. Tu mamá y tú pueden platicarle, a personas de confianza, lo que les sucede, y verás que son más de los que imaginas quienes estarán dispuestos a cuidarte. Donde quiera que vivas, siempre podrás encontrar instancias de Gobierno, y también privadas, que protegen a la mujer en condiciones de riesgo. En este momento conviene que acudas a ellas.

Pero en este espacio quiero irme a las raíces profundas del maltrato que has permitido:

1.- Ausencia de padre. ¿En dónde están los padres de familia? Esta realidad individualista en la que nos encontramos sumergidos, ha provocado que los padres se vayan de casa sin medir consecuencias. Piensan solo en sus problemas personales y se olvidan de su familia. Si tú eres padre de familia, recuerda que tus hijos te necesitarán siempre, y esfuérzate por permanecer en tu hogar, no con amargura, sino con el entusiasmo necesario para fortalecer el amor a Dios, a tu cónyuge y a ti mismo.

2.-Baja autoestima. Uno de los factores de mayor peso para provocar baja autoestima en la mujer, es precisamente la ausencia de su padre. La jovencita va creciendo con la idea de que su padre no la amó lo suficiente como para permanecer a su lado. Ella no sabe lo que es ser amada, valorada, cuidada y protegida por un hombre.

3. Ignorancia de la propia dignidad. Tal vez no has conocido, a ciencia cierta, a un Dios Padre Bueno y Misericordioso. Un Dios que te hizo porque te ama y te quiere plena, realizándote en el verdadero amor que das y que recibes. Cuando conocemos nuestro valor, de cara a Él, no permitimos una falta de respeto y ponemos límites desde el primer momento. Si no se hace así, sobreviene una escalada de violencia, que cada vez se torna más peligrosa.

4. Falta de preparación para amar. Desafortunadamente, las telenovelas mexicanas y algunas producciones hollywoodenses nos han enseñado una clase de amor que es totalmente falso. Es por eso que se hace necesario acudir a Escuelas para Novios. La iglesia ofrece una variedad de opciones maravillosas: Cursos de un solo fin de semana, pláticas programadas en las Parroquias, centros de asesoría católicos, etc.

 El Apóstol Santiago nos dice: “Consideren, hermanos míos, como un gran gozo, el verse rodeados de diversas pruebas” (Sant. 1,2).

¡Eres mujer! Dios te ha creado con la capacidad de vencer tus batallas y ganar el Cielo. Pero no permanezcas en guerra contra los hombres. Ellos necesitan ser amados y ser educados para amar. Haz oración por tu padre y por este chico, pues deben tener un pasado y presente dolorosos. Establece límites muy claros y siéntete fuerte para hacerlos respetar.

Confía en que llegará a tu vida el hombre que te merece. Lo reconocerás porque sabrá respetarte y luchar por ti.

Lupita Venegas/Psicóloga 
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