miércoles, 30 de septiembre de 2015

CUANDO UN HIJO NOS RETA

Querida Lupita:

Necesito un consejo porque no quiero cometer un error. Tengo tres hijos, pero el de en medio, con 15 años, me tiene descontrolada. Se fue de la casa, y su debilidad son las peleas. Volvió después de seis semanas, pero se niega a respetar nuestras indicaciones. Sale y vuelve hasta las 12 de la noche. Mi esposo y yo platicamos de cómo hacerle para que no siga esta situación. Él me propone que le digamos que si no respeta las reglas se vaya de la casa. ¿Crees que ésta sea una buena medida?
Aurora









Querida Aurora:
Es tiempo de reflexionar, como padres de familia, y preguntarse por las causas que llevaron a su hijo a salir de casa. Hay casos, desde luego, en los cuales, los padres son cariñosos y justos, y aun así, los hijos deciden abandonar el hogar, debido a una libertad mal entendida o al deseo de probarse a sí mismos. Sin embargo, en la gran mayoría, señala  Carmen Christlieb, los hijos salen de casa por:

  • Incomprensión de los padres, quienes se pasan la vida señalándoles las cosas que hacen mal, sin reconocer que también tienen cualidades
  • Choque de generaciones, pues los padres no se forman ni se actualizan en temas de educación, y quieren repetir antiguas costumbres, sin considerar su idoneidad en los tiempos de ahora.
  • Hogar sin armonía, porque los padres no se soportan y discuten con frecuencia, se ofenden y lastiman, haciendo un ambiente infernal.
  • Inmadurez de los padres, quienes se comportan como adolescentes, cambiando de parecer según su estado de ánimo, haciendo visibles otras relaciones fuera del matrimonio, bebiendo en exceso, etc.


Cuando estamos desesperados, nos parece que no hay salida y consideramos sólo los extremos: o nos aguantamos y permitimos que en su libertinaje provoque daños graves a la familia, o lo corremos al decirle: “Obedeces o te vas”.

 Deténganse un poco a considerar una gama de posibilidades entre estos dos extremos. Un hijo adolescente en crisis, necesita, desesperadamente, sentirse valioso. Nuestra respuesta normal es contraria a esta necesidad, y reclamamos, señalamos, condenamos y condicionamos nuestro amor.

 Es necesario ir contra este primer impulso y recordar la verdad bíblica: “El Mal se ahoga en abundancia de Bien.”

Si su hijo pelea mucho, será necesario comprender por qué sucede esto (puede que sea víctima o victimario de bullying). Es probable que resulte imperante un cambio de escuela, de vecindario o de ambiente en general. Hablen con él y asegúrenle que están en la mejor disposición de comprenderlo. Propónganle un cambio; díganle que la vida puede ser mucho mejor para él y que hay muchas opciones. Si se muestra receptivo, pueden acudir juntos a recibir un consejo profesional.

 Pídanle perdón. ¡Sí!, no es momento de amenazarlo, sino de confesarle que no han sido padres perfectos y que les duele verlo sufrir. Confíenle con humildad que quieren crecer junto con él. Esto es hacer familia.

 El Libro Las 7 decisiones más efectivas para destrozar tu vida, de Francisco González, es muy buena herramienta para que lean ustedes y después lo compartan con su hijo.

 Desde luego, no se olviden de encomendarlo a su Ángel Guardián. Cerciórense de que su hijo los vea rezar por él. Recíbanlo siempre con su Rosario en la mano y díganle hasta el cansancio que lo aman más que a sí mismos.


Lupita Venegas/Psicóloga 
www.valoraradio.org          
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Correo: desdeelcorazon@valoraradio.org 


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